La vuelta de las vacaciones ha sido algo memorable. Ha sido volver de playas, piscinas y buenas comilonas y encerrarme en la cocina a hacer pasteles a lo loco. Pero... los compromisos son los compromisos y no le puedo decir que no a un amigo o un familiar. Justo antes de las vacaciones me encargaron un pastel de inspiración veneciana. Teniendo en cuenta el tema escogido y la persona a quién iba dirigido, el resultado fue éste.
Quería que el pastel quedara muy elegante y al mismo tiempo, que captara el barroquismo del carnaval de Venecia. Para eso utilicé básicamente el color granate y el dorado. Máscaras, collares, plumas y tul acaban de redondear el conjunto.
Por dentro, se trataba del bizcocho de chocolate que tanto utilizo, mojado en almíbar de vainilla, crema de mantequilla de naranja y ganache de chocolate negro. Todo bien fino y en su justa medida.
Lo más importante, como siempre, es la reacción de la persona cuando recibe el pastel. Les gustó mucho por fuera. Espero que el interior también estuviera a la altura.