Este encargo ha sido muy especial. Tanto que me lo he tomado como un punto y aparte en los años que llevo en este hobby de la repostería creativa. Todo empezó con un pastel con el personaje de Tintín como temática principal. Era éste. Después continuó con un cofre del tesoro. Y esos dos pasteles, destinados a una misma persona, a Jordi, motivaron que éste me encargara una "pequeña" manualidad para una cena en el antiguo Hotel Ritz de Barcelona, actualmente El Palace Hotel. La razón de todo este proyecto era la celebración de los 150 años de existencia de la Casa de Italia en Barcelona y Jordi era el organizador del evento.
Las dimensiones totales de la maqueta eran 175 centímetros de largo, 100 cm de alto y 40 cm de grosor. Tuve que hacerla en dos partes para poderla transportar hasta el lugar de destino.
Porexpan, cartulinas, goma eva... fueron algunos de los materiales que hice servir para darle forma a todo el conjunto. Para que la fachada mostrara un aspecto más real la pinté con aerógrafo. Eso me permitió ensombrecer más unas zonas sobre otras, como si de una fachada real se tratara.
La parte central de la maqueta era el balcón, con sus banderas, y la entrada con estas columnas hechas en goma eva.
No se aprecia en las imágenes pero en este proyecto también hay muchas dosis de paciencia. Con lo que me gusta acabar rápido las cosas o hacerlas todas en una tarde y aquí era materialmente imposible. Unos días hacía estructura, otro enganchaba ventanas, otro cornisas, otro día pintaba con aerógrafo... y así hasta llegar a la impresión de que no se podía hacer nada más; tres semana en total. 
Y por fín, después de tres semanas de trabajo, llegamos a El Palace Hotel. Eso sí, entramos por la entrada principal, esa esquina de la Gran Vía de Barcelona por la que tantas veces había pasado.
Esta es la sala en la que se celebraba la cena para 180 personas. Espectacular.
Y aquí está mi maqueta de la Casa de Italia con las paredes del hotel al fondo. Combina bien; es todo clásico. 
El proyecto finalizado tenía este aspecto; tres velas enormes con los colores de la bandera italiana, los 60 "Cake pops" ordenados tambien por colores y la maqueta de fondo.
Otras vistas de la sala con la maqueta y un servidor acabando de montarlo todo.
Dispusimos todos estos elementos sobre una mesa rectangular que debía aparecer en el momento del café, justo en el momento de corear el "cumpleaños feliz" en italiano.
Estuvimos comprobado que el conjunto fuera bien visible desde todos los puntos de la sala. Y así era. 
Y aquí acaba este largísimo reportage sobre el proyecto de la Casa de Italia. Acaban aquí estas tres semanas intensas de trabajo. Acaban haciéndonos sentir satisfechos y orgullosos de la reacción de los destinatarios y por el hecho de que hayan querido contar con nosotros para hacerlo posible. En próximas publicaciones os enseñaré cómo fué la reacción de los invitados y algunas imágenes sobre el evento.
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