dilluns, 18 de febrer del 2013

Galletas bailarina

Hace unos días publicaba las fotografías del pastel de la bailarina con el que se celebró el 11 cumpleaños de una niña llamada Paula. Comentaba en aquel escrito que el pastel iba acompañado de un escargo de galletas con la misma temática: las bailarinas. La persona que me hacía el encargo me dijo el modelo exacto de galleta que le gustaba. Así que me puse manos a la obra y aquí están. 

 Se trata de la galleta de mantequilla que ya había hecho otras veces, añadiéndole pequeños cambios para que el gusto cada vez sea más bueno. De hecho, mis sobrinas las "deboran". Ahora les pongo un poco de vainilla y el sabor queda muy suave, muy agradable.


Al tener que copiar el dibujo con el que se decora la galleta tuve que estructurarme bien el trabajo, por capas, y mientras se iba secando la glasa real, preparaba bases de tartas para futuros encargos.  Es muy importante que no se mezclen los colores y que cada zona de glasa permanezca en su sitio. Te puedes pasar dos días, con sus horas de secado correspondientes, para poder acabar unas galletas así. El toque final, aunque no se aprecie mucho en las fotografías, fue la aplicación de un poco de purpurina  comestible en la zona superior del vestido.


Como si de una marca comercial se tratara, diseñé esta etiqueta para cada una de las galletas y para la caja donde iban a ir colocadas. 


Aquí ya están en sus sobres de celofán.


Y en la caja listas para ser repartidas. 


Pues hasta aquí el encargo de las bailarinas. 

Pasamos a otra cosa. Vienen ahora en camino pasteles elegantes y con mucha clase. ¿¿¿Para quién seran???


diumenge, 17 de febrer del 2013

Cajero automático

Empezamos la semana con un pastel totalmente diferente. Hace unos días me proponían hacer el postre para un grupo de compañeros de trabajo del Banco Santander. Junto con la persona que me hacía el encargo estuvimos dándole vueltas al tema. Nos parecía que el hecho de decorar el pastel con fondant blanco y ponerle el logo en rojo del banco podría quedar soso, demasiado serio. Tenía que servir de fin de fiesta para una comida informal entre amigos/compañeros. Así que se me ocurrió ésto.


Pues sí. Es un cajero automático en pleno funcionamiento; está repartiendo enormes billetes de 50 € tan alégremente. Éstos son los típicos pasteles difíciles de fotografiar, como se puede ver.
El pastel era un bizcocho buttermilk de chocolate negro, con mermelada de fresa entre las capas y cubierto con ganache de chocolate negro. Las personas que me lo encargaban habían probado ya esta misma combinación, les había gustado y querían repetir. Creo que, a base de tiempo, paciencia y cariño, quedó bien esponjoso.

La decoración está hecha básicamente con fondant y glasa real. La caja de porexpan que lo rodeaba se podía quitar sin ninguna dificultad y así sería más sencillo poder partir el pastel.


Ah, y los billetes, no son trozos de papel no... És la última moda en tiendas de "chuches" o, por lo menos, yo los he descubierto hace poco. Se trata de pan de ángel y es, por tanto, totalmente comestible.
Lo mejor de todo, la reacción de la persona que hizo el encargo cuando vino a recoger el pastel. Reacciones como éstas son las que animan a continuar dándole a la imaginación.

dijous, 14 de febrer del 2013

Pastel bailarina

Era el viernes de carnaval. Mi hija Marina salía disfrazada de monstruo con el resto de sus compañeros de clase a pasearse por las calles de Valls. Aproveché media hora para verla desfilar por el paseo y corriendo me fuí para casa a preparar el encargo del día siguiente. Se trataba de un pastel para una niña que cumplía 11 años. Tenía que ser de color rosa y hacer alguna referencia al mundo de las bailarinas. Así es como quedó.


Decidí darle al pastel un estilo elegante y combinar tres colores: blanco, rosa i marrón claro. Cada uno de los pisos estaría decorado de diferente manera y los separarían unos soportes plateados bien anchos a juego con la bandeja.


No lo había introducido aún en ninguno de mis pasteles anteriores pero me pareció que poner una bola de porexpan recubierta de "chuches" coronando el pastel quedaría muy original. Bajo la bola, como si de un arbol se tratara, descansaba una joven bailarina hecha con fondant y pasta de modelar flores. ¿Qué os parece?


Aquí veis más detalles de los diferentes pisos. El bizcocho estaba hecho con crema de fresa, y mermelada de fresa y merengue suizo con mantequilla entre las capas.¨Le puse también colorante rosa a la masa para que al cortarlo le diera un toque distinto a lo que es un bizcocho normal.


Aquí el nombre de la cumpleañera en glasa real y perlas de azúcar. El pedido de este pastel venía acompañado de otro de galletas. La temática será la misma: bailarinas, y las podreis ver dentro de unas semanas también en el blog.


Ya veis que estas semanas estoy que no paro. Y vienen más proyectos en el futuro próximo. Como siempre, me gustará compartirlos con vosotros desde aquí y en el facebook.

dilluns, 11 de febrer del 2013

Pastel "trencadís"

El pastel que os traigo hoy es un encargo del mismo círculo de amigos que me pidió el pastel del campo del Barça y el pastel estrellado que hice antes de Navidad. Por lo visto, no habían tenido suficiente con mis sorpresitas (tan discretas ellas) y me pidieron un pastel para una chica que llegaba a la mayoría de edad. Las únicas consignas que tenía era que le gustaba mucho el color rosa y que no quería flores. Así que decidí explorar un poco más en el tema del "trencadís" que hice servir en el pastel del "gegant Carrasclet" pero en esta ocasión la técnica fue diferente.


Quería que el pastel quedara espectacular, que ocupara mucho espacio. Para eso, hice servir dos piezas de porexpan y marqué con un soldador caliente las formas geométricas. Una de las piezas de porexpan iría en la bandeja y la otra coronando el pastel. El "trencadís" haría un degradado entre el color violeta y el fucsia.


Una hilera de perlas de azúcar y puntos de glasa real acababan de decorar el "trencadís". El resultado destaca con el color tan blanco del pastel. El bizcocho estaba hecho con "Buttermilk" y gusto a fresa. Le puse colorante rosa para que contrastara con el relleno blanco del "buttercream". En la parte de delante añadí estos cuatro cupcakes de mermelada de fresa y decorados con merengue suizo y unas perlas de azúcar.



 
 

Ya veis que en este caso no pinté el "trencadís" directamente en el pastel sinó que fuí cortando cada una de las piezas de fondant para luego ir añadiéndolas a los diferentes pisos del pastel. Creo que si no se quiere hacer ninguna forma concreta con el "trencadís" (unas flores, unas hojas...) esta técnica es mejor y el resultado queda más limpio.


 Les agradezco a las personas que me hicieron el encargo que hayan vuelto a confiar en mí. Seguiremos dándole a la imaginación.  ¡¡¡Que no se acabe nunca!!!

diumenge, 10 de febrer del 2013

Pastel Betty Boop

Normalmente, cuando alguien te hace un encargo para un pastel, te suelen hablar de los gustos de la persona para la cual se organiza la fiesta. A partir de aquí empieza a rodar la cabeza, la imaginación, y después de muchas propuestas, acaba triunfando una que es la que se acaba haciendo realidad. En este caso no fue así. La persona que me hacía el encargo me dijo cómo tenía que ser el pastel, con un diseño exacto y preciso. A la cumpleañera le gusta el personaje de Betty Boop y el pastel tenía que ser éste sí o sí. Así es como quedó.

No lo hago nunca pero la base del pastel tenía que ir cubierta con fondant rojo. Los corazones, así como el resto de la figura, están hechas también de fondant. Aquí veis Betty Boop con más detalle.


Por dentro, se trataba de un bizcocho de Buttermilk con sabor a chocolate negro y entre cada una de las capas, mermelada de fresa y merengue suizo con mantequilla. De esa manera, en el momento de cortar el pastel, contrastaría el color oscuro del bizcocho, con el rojo de la fresa y el blanco del merengue. Ahora que lo pienso, son los mismos colores del exterior del pastel. Que conste que con las prisas no me dí ni cuenta. Sólo quería que estuviera bueno.

Lo mejor de hacer este pastel fue la reacción de la persona que me había hecho el encargo. En el momento de venir a recogerlo, se quedó de piedra. Valoró mucho el trabajo hecho y eso, ni que decir tiene, me llenó de satisfacción. A veces haces el pastel más espectacular del mundo y la persona se queda así como si no hubiera pasado nada. En cambio cuando pasa lo contrario, es alucinante. Sé que les gustó, por los mensajes que luego me enviaron. ¡¡¡Felicidades pareja!!!

 

 

dijous, 7 de febrer del 2013

Paseo en moto por la montaña

Recuerdo que hace unos meses publiqué un escrito sobre un pastel inspirado en la montaña, con sus setas, sus ojas caídas y los colores típicos de la estación otoñal. Es éste de aquí. Pues en esta ocasión el paseo no ha sido tan bucólico. Ha sido un poco más ruidoso y con más emoción. Aquí lo teneis. 

Para este encargo me enviaron una fotografía de la moto de la persona que cumplía los años. Le gusta mucho todo este mundo y pasa muchos fines de semana con la moto arriba y abajo. Así que sus amigos querían que el tema de pastel fuera ése. Para ello, hice una reproducción en porexpan de la moto lo más fiel posible y la puse a correr y saltar en este pequeño circuito. 


Las rocas están hechas con la mezcla de fondant blanco y negro sin acabar de fusionar del todo los colores. Así queda el efecto de las líneas que aporta más realismo a las piedras. Por dentro eran de bizcocho. El resto de la montaña decidí pintarlo en otro color y añadirle galleta maría triturada para simular la tierra.


El rio también le daría una nota de color a la composición y si podía haber un poco de cascada, mucho mejor. Así que pinté el fondant blanco con estas pinceladas azules, le dí brillo con pipin gel y con glasa real hice el efecto de la espuma. Por supuesto, todo comestible. 


Las hojas están hechas con glasa real tintada de un verde oscuro y con la boquilla de forma de hoja (la primera vez que la utilizaba y es que, como siempre, me hacía ilusión probarla).


Por dentro, el pastel estaba hecho con bizcocho de vainilla, almibar de canela y naranja, y entre cada una de las capas, ganache de chocolate negro. Una perdición...

A pesar de ser un pastel pequeño, marcado por las personas que iban a la fiesta, quise prácticar de nuevo técnicas como la pintura sobre fondant, glasa real, modelado... para dar forma a una composición que no diera ninguna impresión de que aquello era un pastel.


dimarts, 5 de febrer del 2013

Pastel futbolero

En el momento de hacerme el encargo que os presento hoy me dijeron que al niño que cumplía los años básicamente lo que le gustaba era el futbol y, sobre todo, el Barça. Así que me puse a pensar por donde atacar el tema. Lo típico hubiera sido hacer un pastel rectangular, cubrirlo de fondant verde, pintar las líneas del campo, poner las porterías y listo. Pero ya sabeis que esto de los pasteles se puede enriquecer con muchas técnicas diferentes. Yo por lo menos lo entiendo así. No creo que se trate de hacer figuras imposibles a base de azucar, que no se aguanten de pie y que te hagan sufrir hasta el último momento. Se trata de hacer creaciones qua ayuden a que la fiesta sea un éxito, que sorprendan a mayores y pequeños, esté hecha como esté hecha. Así que jugando con mi porexpan querido del alma, mis pinturas y mis técnicas belenísticas me lié y me lié y acabé así. No es una vista aérea del Camp Nou, no. Es una maqueta/caja que contiene el pastel objeto de la celebración. 

 Según qué pasteles se envuelven en celofán, otros se ponen dentro de una caja blanca y éste pastel pedía a gritos unas gradas, unos marcadores y asientos con el "FC Barcelona" y "Som més que un club" escrito. 


En el centro vemos el pastel, hecho en dos capas de bizcocho de fresa y con relleno de merengue suizo con mantequilla también con gusto a fresa. Una de las capas era de color granate y la otra era de color azul. Supongo que al cortarlo debió hacer un buen efecto.


Aquí veis los jugadores y las porterías de cerca.


El campo estaba hecho con fondant verde y pintado con franjas de un verde más intenso. ¡¡¡Como si acabaran de segar el cesped, vaya!!!


 Las gradas se podían quitar y salía todo de una pieza. Solamente quedaba la plancha en la que descansaba el campo de futbol y esos dos balones que veis a cada lado.


Aquí en Valls hay que contar también con un obstáculo importante a la hora de hacer este tipo de pasteles imposibles: el viento. Y es que todo este campo de futbol estuvo a punto de acabar boca abajo y en el suelo por culpa de una ráfaga de viento que debería rozar los 100 km/h (como viene siendo costumbre estas últimas semanas). Durante unos segundos ví que el trabajo de toda una semana iba a quedar destrozado. Supongo que mi mal genio hizo que le ganara la batalla al viento y pudiera hacer el reparto como tenía previsto. Repartir pasteles en según qué lugares de nuestro territorio es un deporte de riesgo. 

Aún me queda otro pastel que enseñaros del pasado fin de semana. En el próximo escrito nos iremos con una moto de enduro a llenarnos de barro por la montaña. Si os apetece, nos ponemos unas buenas botas y nos vamos para allá.