Hace unos días publicaba las fotografías del pastel de la bailarina con el que se celebró el 11 cumpleaños de una niña llamada Paula. Comentaba en aquel escrito que el pastel iba acompañado de un escargo de galletas con la misma temática: las bailarinas. La persona que me hacía el encargo me dijo el modelo exacto de galleta que le gustaba. Así que me puse manos a la obra y aquí están.
Se trata de la galleta de mantequilla que ya había hecho otras veces, añadiéndole pequeños cambios para que el gusto cada vez sea más bueno. De hecho, mis sobrinas las "deboran". Ahora les pongo un poco de vainilla y el sabor queda muy suave, muy agradable.
Al tener que copiar el dibujo con el que se decora la galleta tuve que estructurarme bien el trabajo, por capas, y mientras se iba secando la glasa real, preparaba bases de tartas para futuros encargos. Es muy importante que no se mezclen los colores y que cada zona de glasa permanezca en su sitio. Te puedes pasar dos días, con sus horas de secado correspondientes, para poder acabar unas galletas así. El toque final, aunque no se aprecie mucho en las fotografías, fue la aplicación de un poco de purpurina comestible en la zona superior del vestido.
Como si de una marca comercial se tratara, diseñé esta etiqueta para cada una de las galletas y para la caja donde iban a ir colocadas.
Aquí ya están en sus sobres de celofán.
Y en la caja listas para ser repartidas.
Pues hasta aquí el encargo de las bailarinas.
Pasamos a otra cosa. Vienen ahora en camino pasteles elegantes y con mucha clase. ¿¿¿Para quién seran???