Hace unos meses publicamos un pastel con la temática de Tom y Jerry. En aquella ocasión mi amiga Txell quería que el pastel estuviera simplemente cubierto de chocolate y lacasitos. No quería nada de fondant en la decoración. En cambio, esta semana se ha puesto en contacto conmigo mi vecina Judit para pedirme un pastel de Tom y Jerry que estuviera compuesto por pisos irregulares, pisos que parezca que caigan y todo el fondant que sea necesario. Así quedó.
El resultado fue un pastel muy vertical. Da la sensación que se vaya a ir al suelo en cualquier momento. Pero no. Era muy estable porque tuvimos en cuenta en cada momento cómo repartir el peso para que no se cargara más un lado que otro.
En la parte superior estaba el globo en el que aparecían los personajes protagonistas. Como siempre, aparecen peleándose. El globo está justo encima de una nuve. En su interior encontramos arroz inflado con sabor a chocolate.
Por debajo de la nuve está esta silueta de la ciudad donde viven Tom y Jerry. Y justo debajo, unos árboles bien frondosos también comestibles gracias al arroz inflado.
Si seguimos bajando llegamos a la parte de la casa de los personajes. En el interior de la casa vemos las paredes decoradas, el escondite del ratón y una cortina hecha con pasta para modelar. No lo he comentado pero ya veis que todo el pastel estaba cubierto con fondant blanco y fue pintado después con aerógrafo.
Y, ¿qué elemento provoca la primera inestabilidad del pastel? Pues un buen trozo de queso. Éste hace que la parte del interior de la casa ya aparezca torcida y que a partir de aquí todo se tambalee de un lado a otro. En la base encontramos el jardín de Tom y Jerry, allí donde también suelen pelearse estos dos personajes. La casita del perro también es la característica de estos dibujos.
Por dentro, el pastel era un bizcocho de chocolate, mojado ligeramente en almíbar de vainilla, crema de naranja entre las capas de bizcocho, y ganache de chocolate negro cubriéndolo todo. Los destinatarios del pastel no tardaron en enviarme unos cuantos mensajes comentando que las fotos que le habían hecho al pastel estaban ya dando la vuelta a todo el pueblo y que estaba buenísimo.
Al ser sólo cuatro años los que cumplía el protagonista de la fiesta tuve en cuenta el colorido que debía llevar el pastel. Así, todos los pisos juntos crean un conjunto llamativo y divertido.
Y como ya pasó con el pastel que le hice hace un año, supongo que la parte no comestible de este pastel también pasará a formar parte de la decoración de la habitación de Roger.
Hasta aquí llega toda esta colección de fotos. No quería que os perdierais ningún detalle de este pastel. Os dejo con una vista superior del conjunto, desde el globo a la casita del perro.