Ya veis que no tengo palabra. Os dije en algún escrito anterior que tenía ganas de hacer alguna tarta o montaje en un estilo más infantil. Se pueden hacer maravillas con esto del fondant, sólo hace falta darse un paseo por internet ver muy buenos ejemplos. Pero hace unos días una compañera me comentó que le interesarían unas cuantas fotos de pasteles para bodas. Así que este fin de semana he empezado a darle a la cabeza en ese sentido. Para una boda quizás lo mejor es algo sencillo, elegante y que sea del gusto del mayor número de gente posible, novios e invitados. Esa sencillez se podría traducir en esta tarta.
El pastel está recubiero por fondant blanco, con perlas de azucar plateadas enganchadas, las correspondientes cintas de raso plateadas y una mariposa hecha con oblea. A partir de aquí se pueden añadir tantos pisos como se quiera (con moderación, claro)
Podría ser que estos días me pusiera a hacer más pasteles de este estilo. Iré publicando las fotos. Pero el siguiente escrito será un pastel que quiero regalar el próximo fin de semana a una persona especial. Cuando lo reciba se emocionará seguro. Ahora sólo hace falta estar inspirado. Sólo puedo dar una pista (por si la destinataria lee el blog), será un pastel muy gaudiniano. ¿Para quien será? El viernes lo desvelamos.
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