Seguramente os acordais del pastel del niño que dormía después haber pasado un buen rato con los juguetes. Se le veían los pies y el resto del cuerpo estaba tapado por una manta. Pues aquel pastel me ha llevado al que hoy os presento. Uno de los invitados a aquel cumpleaños han querido que les haga el pastel para la fiesta del primer aniversario de su hijo Cadí. Así que después de hablar con ellos y de estudiar el tema, el pastel ha quedado así.
Se trataba de dar la sensación de que estas tres casitas para pájaros estaban colgadas de las ramas de los árboles. Todo ello tenía que quedar muy limpio. Sobre fondant blanco, con un toque de dorado en la parte inferior de cada piso, coloqué las ramas y las hojas, hechas en pasta de modelar. Cada hoja, por cierto, tenía su juego de sombras con varios tonos de verde. Encima estaban las casetas, de galleta y cubiertas con fondant de colores llamativos.
Y aquí encima tenemos al pájaro en cuestión. Unas cuantas mariposas y estas setas acaban de dar el aspecto de bosque o de montaña al pastel. Cuando vi el sitio donde se iba a celebrar la fiesta pensé que este pastel le iba que ni pintado: una casa en medio de árboles y un gran jardín.
El pastel por dentro era un bizcocho de chocolate, con almíbar de vainilla, cubierto por ganache de chocolate negro y "buttercream" de vainilla.
Aquí vemos algún detalle más del pastel. La idea de la casita de galleta me vino por la que hice por navidad. Aquella estaba toda nevada (con glasa real) y ésta parece más primaveral. La cuestión es que quedan duras y resistentes.
Seguramente este pájaro os recuerda a algún otro que habeis visto últimamente en este blog.
Y por último os enseño la fotografía del pastel una vez estuvo colocado en su sitio, una enorme sala que se iba a llenar con familia y amigos. Espero que les gustara por fuera y por dentro.