Carme, un amiga personal, organizaba una fiesta con familia y amigos para celebrar el cumpleaños de su hija Xènia. Pensó en un postre original y divertido para ofrecer a sus invitados al acabar la cena y me pidió que le preparara unos "cake pops". La versión que hoy enseño es la infantil. También me pidió otros un poco más serios para los adultos. Se me ocurrió que cada uno de estos "cake pops" podría ser un pájaro. Los podía colocar dentro de una jaula y así el resultado sería más sorprendente. De nuevo me puse con el bricolaje y la carpintería y el conjunto acabó así.
¿Para qué vamos a poner estos "chupa chupa" de bizcocho en una simple bandeja si lo podemos hacer dándole más sentido a lo que representan? Me hizo mucho gracia que la cumpleñera se quedó un buen rato mirando los pájaros a través de los barrotes de la jaula. Casi casi como si fueran de verdad.
El bizcocho con el que están hechos los "cake pops" es de chocolate. Lo mezclé con crema de chocolate y los bañé el chocolate blanco con un punto de colorante amarillo. Los ojos, el pico, las alas... son todos de fondant y enganchados con el mismo chocolate blanco. Es una delicia trabajarlo, la verdad. Hasta les hice una cresta.
Y lo que acaba de darle la gracia a cada pajarillo en la cola. Le puse una pluma de mona de pascua a cada pájaro y el resultado quedó super colorido. En cuanto al entorno, ya veis que se encuentran dentro de una jaula. Está hecha con goma eva dorada brillante. Este material es fantástico como complemento para bandejas y presentaciones de pasteles.
Una vez hechos, coloqué cada pájaro dependiendo del color de su cola. Así daba la sensación de arco iris que es más agradable a la vista. Lo que desconozco es si ellos se percataron del detalle o pasaron directamente a comérselos.
Y aquí vemos la jaula desde arriba. Sólo queda decir una cosa... ¡¡¡Muchas felicidades, Xènia!!!