De vez en cuando me llega alguna petición rara, extraña, imposible. Aprovechando la confianza, amigos y familiares se inspiran y me piden algún pastel que no sé por donde atacarlo. Esto es lo que me pasó hace unas semanas con el proyecto que hoy os traigo. De hecho, el proyecto lo pensó la persona que me hacía el encargo. Quería un pastel pequeño de chocolate y turrón adornado con una gallinas vestidas del Barça. Además, los huevos con los que hacía el pastel tenían que ser de las gallinas retratadas. Pues eso.
Para hacer las gallinas, preferí no enganchar capas de fondant sobre el pastel sino hacer unas galletas de mantequilla decoradas con glasa. El cortante me lo hice yo mismo. Y al lado quise hacer esta especie de gallinero con techo de paja. Otra de las indicaciones que me dieron es que querían el número 50 hecho en chocolate negro y que se aguantara sobre el pastel.
El bizcocho era el ya típico "buttermilk" de chocolate, mojado en almíbar de vainilla, y una gruesa capa de "buttercream" de crema de turrón. No estaba bueno, no; me hubiera hecho daño comerme toda la crema que sobró. Estaba buenísima. Después lo cubrí todo con ganache de chocolate negro que le dá ese aspecto tan liso y uniforme. Y por encima, el fondant blanco.
Aquí las veis con la bufanda del Barça. Casi casi como si estuvieran a punto de ir al Camp Nou a ver un partido.
Por úlimo, el pastel listo para ser entregado. A destacar también que un servidor llegó a la casa donde se celebraba la fiesta justo en el momento en el que tocaba comer el postre. ¡¡¡Ya os podeis imaginar la acogida que me dieron!!! Y yo con mi pastelito... y mis gallinas.