dimecres, 26 de març del 2014

Nuevo pastel baloncesto

Angelina, una compañera del AMPA, me pidió hace unos días un pastel para su hija Marina. Por lo visto le gusta mucho el baloncesto y había visto en el blog el pastel que habíamos hecho hace unos meses. Así que le apliqué algún cambio y quedó de esta manera.


El piso inferior estaba cubierto de fondant blanco. Con el aerógrafo lo pinté de color negro y le fuí superponiendo tiras de fondant blanco para simular las cuerdas de la canasta. En la parte superior encontramos la pelota, pintada también con aerógrafo en varios tonos de naranja. 


Por dentro era un bizcocho de chocolate, con crema de chocolate entre las capas y cubierto por ganache chocolate negro.  Una bomba de chocolate, vaya.


Lo más interesante es comparar el aspecto final de este pastel con el mismo modelo de hace unos meses y ver las diferencias. Poco a poco vamos puliendo las superficies para que queden más lisas y regulares. Los diferentes tonos de naranja también le dan un volúmen y un aspecto más profesional. En definitiva... seguimos aprendiendo a base de práctica.

Pastel Hockey

Éste es ya el cuarto o quinto pastel que me encarga mi amiga Carmen. Era el cumpleaños de su hijo y quería regalarle un pastel. La temática giraría entorno a lo que más le gusta a Marc, el hockey. Así que empezamos a darle a la imaginación y finalmente optamos de común acuerdo por este pastel. 


El azul es el color preferido se Marc así que tenía que estar presente en el pastel. Le hice dos pisos: el inferior decorado con estrellas azules con un poco de colorante plateado en polvo, y el superior con esta portería y estos sticks. 


Por dentro, el pastel era un bizcocho "buttermilk" de chocolate, mojado en almíbar de vainilla, chocolate negro entre cada capa y "buttercream" de vainilla. Finalmente lo cubrí todo con ganache de chocolate negro y con fondant blanco. 







Y aquí vemos el pastel listo para ser entregado. Espero que el pastel fuera el postre perfecto para la fiesta de cumpleaños de Marc. Felicidades también de nuestra parte. 


Pirámide de merenguitos

De vez en cuando tengo un segundo para intentar hacer aquello que llevo en mente desde hace meses. Uno de esos objetivos culinarios no cumplidos eran los merengues minúsculos, pequeñitos, con los que se adornan muchas mesas dulces. Estos denominados merenguitos son muy sencillos de preparar y el resultado es un bocado excelente para el paladar. Rebuscando por internet encontré una forma muy original de presentarlos. Es ésta. 


El aspecto general me recuerda aquel estilo inglés que está cargado de flores, decoración y color. No estamos muy acostumbrados por aquí a esta mezcla de colores pero me gustó la idea y aquí está. Los merengues están hechos con aroma de avellana, así que os podeis imaginar el gusto que te dejaba en la boca cada uno de ellos. 


Los enganché con glasa real al cono y le fuí añadiendo otros elementos decorativos. Son estas rosas y estas hojas verdes hechas también con glasa. Nunca antes había hecho rosas con este material y tengo que confesar que era una asignatura pendiente. Lo intenté mil veces hasta que finalmente empezaron a salir un poco decentes. 


Una vez tuve la estructura montada me vino a la mente la imagen de un árbol de navidad así que ya tenemos otro elemento a incluir en futuros proyectos para esas fechas. ¿Qué te parecería presentar en la mesa ante tus invitados un pastel blanco como la nieve y rodeado de árboles de merengues con gusto a avellana?


Pastel flores rojas

Hay encargos en los que casi no hace falta ni pensar. Ése es el caso del pastel que hoy os enseño. Cesc quería regalarle a su madre un pastel con motivo de su cumpleaños y tenía claro cómo sería. Me envió la fotografía por mail y a partir de aquí nos pusimos en marcha. Es ya el cuarto o quinto encargo de esta familia. 


La decoración del pastel es sencilla. Días antes de la entrega preparé las flores con pasta de modelar. Suerte que lo hice así porque había una humedad en el ambiente que me hubiera impedido tenerlas a punto si las  hubiera preparado con menos tiempo. 


Acabé el pastel de noche y por eso en las fotografías no se aprecia demasiado el degradado de color de las flores. Las maquillé con colorante en polvo rojo y marrón chocolate. El pastel era un bizcocho de chocolate, mojado en almíbar de vainilla y crema de chicle collac entre cada una de las capas. No es una combinación que a priori me convenza pero los destinatarios la han probado unas cuantas veces y ya la esperan. 


Sólo queda desear muchas felicidades desde BarretoCAKES. 


Carta final



Hace ya un año y medio que mi familia me empujó a enseñar lo que hacía en casa desde que era pequeño. Y digo desde pequeño porque recuerdo que materiales como el fondant, los moldes o los cortantes de galletas los tenía que pedir a una tienda de Madrid, que los importaban desde Argentina y los vendían como productos que casi nadie conocía. Hacía monas de chocolate para mi familia cuando el pequeño de la casa era yo... Bizcochos, flanes, cremas, galletas... de todo. Ahora está más de moda que nunca y todo el mundo se apunta.

Hace unos meses  empecé a enseñar el resultado de mi hobby. Compañeros de trabajo, amigos, conocidos y familia vieron que aquello podía quedar muy bien como punto y final a su celebración familiar y, con confianza, me pedían que les hiciera algo espectacular. He puesto horas de esfuerzo, noches enteras de trabajo, mucho dinero sólo recompensado con la cara de satisfacción de quien recibía el postre en cuestión, enfados conmigo mismo porque aquello no salía ni a la primera ni a la quinta... pero todo tenía su recompensa: la satisfacción  personal de haber sido capaz de hacer algo único y artístico. Hasta he llegado a pensar que muchos se habrán llevado la idea de que debo ser idiota por poner tanto esfuerzo y ellos sólo pagarme justo el material. Justito, justito. Eso de “trabajar por amor al arte” se me puede aplicar perfectamente. Pero yo estaba contento así. Mi trabajo es otro. Ésto sólo era un hobby y me gustaba enseñarlo, como quien enseña sus fotografías o sus artículos en su blog personal.

Desde hace un tiempo, ese hobby ha ocasinado más disgustos que recompensas. ¿Quien lo diría ,verdad? ¿Cómo puede ser que encerrarse a disfrutar en la cocina pudiera llegar a ocasionar tantos problemas exteriores? ¿ Cómo puede ser que, al final, sea preferible guardarse la imaginación bien dentro a darle rienda suelta? Pues es así. A otras personas  estos problemas les darán igual e incluso les impulsarán. Serán más maduras que yo. En mi caso, y desde siempre, esas situaciones han acabado repercutiendo en mi salud, en el estado anímico y, ahora ya de mayor, en la vida familiar. Y con esta edad, ya no cambio. Por lo tanto, antes de que sea más grave, me bajo del tren.

De la misma manera que un día de octubre de 2012 decidí enseñar mis postres caseros, hoy decido que hay que acabar la etapa. Lo hago por mi familia y por mi salud. No vale la pena. Supongo que en casa podré seguir haciéndome unos macarons de vainilla o unos cake pops de chocolate. Supongo. Espero que no le moleste a nadie. Ya miraré de no matarme mucho por si a caso. Espero que tampoco se molesten aquellos amigos que me pedían postres para sus casas y que a partir de ahora recibirán un no por respuesta. Me sabrán perdonar, seguro. A partir de ahora me estaré quieto en una silla, sin molestar a nadie.

Por lo menos ya no habrá fotografías en internet que despierten sentimientos escondidos y, sobre todo, no reconocidos. Muchísimas gracias a todos por hacerme sentir realizado durante este tiempo. De vez en cuando ese sentimiento se agradece. Y que conste que ésto me duele tanto como dejar abandonado en la calle a un hijo mío. Suerte que en este caso, ese hijo no piensa y sólo está en mi imaginación. Será cuestión de mirar hacia otro lado. 

Gracias.

dimarts, 25 de març del 2014

Cake pops pájaros

Carme, un amiga personal, organizaba una fiesta con familia y amigos para celebrar el cumpleaños de su hija Xènia. Pensó en un postre original y divertido para ofrecer a sus invitados al acabar la cena y me pidió que le preparara unos "cake pops". La versión que hoy enseño es la infantil. También me pidió otros un poco más serios para los adultos. Se me ocurrió que cada uno de estos "cake pops" podría ser un pájaro. Los podía colocar dentro de una jaula y así el resultado sería más sorprendente. De nuevo me puse con el bricolaje y la carpintería y el conjunto acabó así. 


¿Para qué vamos a poner estos "chupa chupa" de bizcocho en una simple bandeja si lo podemos hacer dándole más sentido a lo que representan? Me hizo mucho gracia que la cumpleñera se quedó un buen rato mirando los pájaros a través de los barrotes de la jaula. Casi casi como si fueran de verdad. 


El bizcocho con el que están hechos los "cake pops" es de chocolate. Lo mezclé con crema de chocolate y los bañé el chocolate blanco con un punto de colorante amarillo. Los ojos, el pico, las alas... son todos de fondant y enganchados con el mismo chocolate blanco. Es una delicia trabajarlo, la verdad. Hasta les hice una cresta.


Y lo que acaba de darle la gracia a cada pajarillo en la cola. Le puse una pluma de mona de pascua a cada pájaro y el resultado quedó super colorido. En cuanto al entorno, ya veis que se encuentran dentro de una jaula. Está hecha con goma eva dorada brillante. Este material es fantástico como complemento para bandejas y presentaciones de pasteles. 


Una vez hechos, coloqué cada pájaro dependiendo del color de su cola. Así daba la sensación de arco iris que es más agradable a la vista. Lo que desconozco es si ellos se percataron del detalle o pasaron directamente a comérselos. 


Y aquí vemos la jaula desde arriba. Sólo queda decir una cosa... ¡¡¡Muchas felicidades, Xènia!!!


dissabte, 22 de març del 2014

Pastel autocar Plana

Una de las compañías de autobuses que operan por la zona donde vivo es Autocares Plana. El padre del protagonista de la historia de hoy trabaja para esta compañía y su padrino quería regalarle una reproducción de uno de sus autocares. Pero esta reproducción iba a ser comestible. Así quedó. 


La reproducción debía hacerse teniendo en cuenta el destinatario, un niño de tan sólo dos años. El autocar parece circular por una carretera de curvas y está copiado de forma más bien ingenua. 


Por dentro se trataba de un enorme bizcocho de chocolate, mojado en almíbar de vainilla, crema de fresa entre cada una de las capas y forrado con ganache de chocolate negro. Una fina capa de fondant blanco me sirvió para poder hacer la decoración característica de estos autobuses. 


Con la ayuda de aerógrafo le dí algunas sombras al autocar con la intención de hacerlo un poco más real. Y lo mejor de todo fue la reacción del padrino de Dani cuando vino a buscar el pastel. Ya es el cuarto encargo que nos hace y siempre se queda sorprendido un buen rato mientras mira el pastel. 


Y por último aquí tenemos el pastel envuelto y listo para ser entregado.