El orígen del pastel que hoy enseñamos es un campo de futbol. Sí sí. Seguramente recordais el Estadio del Nástic de Tarragona que hicimos hace unos meses. Pues uno de los invitados a esa fiesta pensó en regalarle uno de mis pasteles a sus padres por su 25 aniversario de bodas. Tenía que ser un pastel elegante, blanco y plateado, a parte de llevar sus velas y sus novios. Pues así quedó.
Alcé un poco el pastel para que no quedará escondido detrás de unas velas tan grandes y unos novios tan enamorados. El único color del pastel lo aportan precisamente estos novios. El resto es blanco y plateado.
Buscando inspiración en las redes sociales pensé que podrían quedar bien los adornos de la flor superior. Están hechos a base de alambre muy manejable, dándole poco a poco la forma que interesaba.
Aquí se aprecia con más detalle esta flor de la parte superior del pastel.
Las otras flores tenían un toque de purpurina comestible en la parte central y esas tres perlas blancas.
En cuanto al pastel, se trataba de un bizcocho de chocolate, cubierto con crema de mantequilla de vainilla y ganache de chocolate negro. Es la combinación que más éxito suele tener.
Y con estos novios que se dan un beso nos despedimos hasta pronto...
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