dimarts, 1 d’octubre del 2013

Cupcakes senyera

Me gusta trabajar bajo presión. Pero que te llame un compañero de trabajo para que le hagas unos cupcakes para celebrar el santo de su padre mientras estas montando una mesa dulce de los pitufos, otra mesa dulce para una boda-bautizo, un pastel de princesas (con corona y cojín incluidos) y un pastel infantil con un pajarito en su jaula, es como para perder los nervios. Suerte que todo este trabajo lo acompaño con buena música y mucha paciencia. Parece que así pasa mejor. En este caso, David me pedía unos cupcakes de estilo catalán. A partir de ahí, libertad total. La bandeja quedó así. 


Sobre esta bandeja blanca, puse la imagen de la "Senyera" y unos "wrappers" hechos expresamente para este postre. Quedaba muy limpio con la combinación de blanco, rojo y amarillo. En cuanto a los gustos, había tres clases diferentes. Estos son los de turrón... 


Aquí los de chocolate...


Y por último los de naranja.


Cada uno de los cartelitos clavados en los cupcakes indicaban el gusto del postre en cuestión. El bizcocho estaba acabado de hacer con lo cual debió quedar muy tierno y jugoso. 


Cada vez más pienso que se pueden hacer dos tipos de cupcakes: los que resultan cómodos de comer, que no empachan y te dejan con ganas de provar otro sabor, y los cupcakes sofisticados, con decoraciones extraordinarias, pero que se vuelven imposibles de manejar, llenan demasiado y defraudan al haber entrado por la vista pero no haber convencido el estómago. A veces se hace difícil encontrar un término medio per ahí estamos. Éstos que os enseño hoy son fáciles de comer, prácticos, no empachan y (espero) dan ganas de limpiar la bandeja. 

Pues aquí teneis este detalle con el que David quedó como un señor. Pero otro día llama antes, hombre, si no quieres que se me mezcle todo y te haga unos cupcakes de pitufos. 


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