Por fín un pastel de Doraemon. Mi hija me lo pone en la tele a todas horas y, en cambio, ningún amigo o familiar me lo había pedido. En este caso, Mar, pareja de un antiguo compañero en mis tiempos de radio, me pedía un pastel sobre esta serie de dibujos para su hijo Aritz, que cumplía 2 años. Así quedó.
Al ser la celebración de los dos añitos de Aritz, quise que el pastel tuviera un aspecto muy claro y limpio. Pensé en la decoración del piso principal y me vino a la cabeza un cielo azul, unas montañas verdes y el personaje de Doraemon jugando con una cometa. Así que decidí que los colores del pastel serían azul, verde y blanco.
Mirando por internet fuí encontrando ideas que podían quedar muy bien. En la parte superior encontramos a Doraemon hecho con fondant de varios colores. La pequeñas nuves que lo acompañan están hechas con bolas de fondant cubiertas con una capa lisa de fondant blanco. Quedan unas nuves de un aspecto infantil fantástico.
La cometa está hecha con goma eva, un material muy ligero al que sólo hay que ponerle imaginación.
El número dos también está hecho con fondant, endurecido con CMC y pintado con aerógrafo. Por dentro, el bizcocho tenía gusto a chocolate y venía mojado ligeramente con almíbar de vainilla. Entre capa y capa puse crema de fresa y lo cubrí con ganache de chocolate negro. Todo bien natural, esponjoso y tierno.
Y así es como quedó el pastel listo para ser entregado. Sé que Aritz, Ainhoa, Mar y Pep lo disfrutaron.
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